miércoles, 27 de noviembre de 2024

Brumas...

 Hoy, el eco de tu ausencia resuena en los rincones de mi mente desgastada... 

Tu rostro se desvanece como niebla matutina, y los fines de semana, antes cálidos con tu presencia, ahora son páramos de soledad. ..

Los momentos que creí eternos se escurren entre mis dedos como arena fina, y los nombres de quienes llamé amigos se pierden en el laberinto de mi memoria...


El aguacero que era la presencia de tu vida, antes torrencial y vibrante, ahora es apenas un murmullo lejano. 

La lluvia, que era para mi la melodía de nuestro amor, cae sorda sobre mi alma marchita...


Las noches se han vuelto bestias oscuras que devoran mi paz, y solo los gatos y perros que me saludan en la calle, guardianes silenciosos de recuerdos olvidados, anclan mi existencia a este mundo que me resulta ajeno y hostil...


Tus palabras resuenan como profecía cumplida: tu memoria que se  escapa, la mia que sigue como siempre absoluta y dolorosa... 


Hoy, en medio del caos ordenado de mi hogar, busqué mi corazón y solo hay recuerdos, tímidos y mudos, agazapados en las sombras de lo que fuimos...


Ya no estás, y estos vestigios del pasado son mudos testigos de nuestra historia...


No hablan, no abrazan, no preguntan por mi tristeza ni celebran mis escasas alegrías. 


Los aguaceros me aterran ahora, días sin el refugio de tu sombrilla, noches sin el consuelo de tu luz que era mi faro y mi sol...


Te extraño aunque se que no debo...