lunes, 18 de agosto de 2014

La fiesta era su risa... era...


Que carajos vas a hacer con vos? se preguntó a si mismo cuando se dio cuenta... pero realmente, sin amagues, sin mentiras piadosas, sin esperanzas... de que ahí no había futuro...

Que carajos hacer... si solo piensa en ella, solo ve por ella, solo siente ella,  solo vive ella....

Que carajos hacer si como en una novela barata, que la vida quisiera imitar, ella ya tiene a alguien en el corazón...

Y por supuesto el no tiene la menor idea de cómo carajo sacar de ahí... a ese inquilino cuyo único papel en la vida pareciera ser lastimarla a ella... a ella que debería sonreír siempre...

No sabía si achacarle la culpa de su estado de animo a las malditas canciones que le repetían que no había solución para esa situación... que cuando decidió apostar y la suerte lanzo los dados, ya había perdido...

O si culpar a los libros que lo habían convencido de que siendo el hombre que ella merecía, entonces ella abriría los ojos de su alma y lo vería como era por dentro, y no a su rostro cansado y marcado por el tiempo y el camino recorrido...

Pero, por supuesto no...  Ya su amigo el mago tenía la voz cansada de tanto repetírselo, de tanto cantarle que no se desgastara, que ella no era para el... por la simple razón de que pertenecía a alguien más y que ella se sentía feliz con esas cadenas auto impuestas...

Sabía que todo eso era cierto, pero por terco, tonto, soñador, iluso... se negaba a aceptar la verdad... hasta el día en que se dio cuenta de que estaba dejando de existir...

Fue algo paulatino... Primero dejo de reír como antes...

Luego empezó a llorar... lagrimas que se escapaban cuando su debilidad le impedía mantenerlas encerradas... lo peor fue cuando lo vieron dejar que se escaparan...

Pero después se percató de algo peor...El, que antes soñaba despierto... ya no... Es mas ya ni al dormir soñaba... y cada día se levantaba mas cansado...

Hasta que entendió... ¿cómo podía seguir existiendo?, si su vida era ella... y el no existía para ella... ese sin sentido lo estaba acabando... lo reducía...  lo borraba...

La verdad se sintio como un tonto... tonto por hablarle, por verla, por desearla.

Tonto por todas las cosas que pensó contarle y que no tuvo valor para decirle... porque al verse reflejado en los ojos de ella, se daba cuenta de que ella... no las iba a entender...

Tonto por creerse las cosas que soñaba, las mentiras que inventaba, para justificar cada dia lo que sentía...
y por dejarse caer en esas pausas, en esos pequeños instantes… en que parecía que ella lo quería.

Así, un día... se levantó sin sonrisa en los labios... se vistió, viajo y trabajo sin sonrisa en los labios...

Porque su reír se había ido... con la risa de ella... que el por fin entendía... no era por él, ni para él.