domingo, 28 de noviembre de 2021

Adiós.

Fui privilegiado, al tener a mi abuela en mi vida, hasta pasados los cuarenta y tantos...

Pude ver a mis hijos, sus bisnietos, en sus rodillas mientras ella les cantaba: Aserrín Aserran los maderos de San Juan...

Así como recuerdo que lo hizo conmigo, con mi hermano, mis primas y primos.

Por qué ni el cansancio, ni la enfermedad podían con su fuerza y su buen humor.

Cuesta creer que se fue, por qué siempre estaba... Ahi, en su casa...
Pasara lo que pasará, ella siempre permanecía ahí.

En nuestros mejores y peores momentos siempre estaba.

Hoy sin su presencia física, solo nos queda buecar en nosotros, todo lo que ella nos heredó, todo eso de lo que nos llenó.

Recordar su amor, sus consejos, sus refranes y su maravilloso don de encontrar siempre el mejor consejo si lo requeríamos, y un halago si lo mereciamos.

Cuesta despedirse por qué te queríamos egoístamente aquí...

Y cuesta aceptar la vida tal y como es.

Pero nos ayuda el haber tenido una abuela, madre, hermana, suegra; que nos dió raíces, nos unió, nos ayudó a entender de que se trata esto que llamamos vida.

El corazón de la familia Arbelaez Morales se detuvo...

Perdón por creer que eras eterna y estarías siempre.

Gracias por haber colmado nuestras vidas...

Se que permaneces en nosotros, en nuestro corazón y no te perderemos mientras te sigamos recordando.

Te quiero abuelita, te dejo con Dios.

Buen viaje.