miércoles, 4 de junio de 2014

LA MALDICION DE LA MEMORIA...


Que conste, ante todo... que reconozco que la idea no es mía....

Ya muchos han dicho que la buena memoria es una carga... solo hay que leer "Funes el memorioso", de Borges... o a Benedetti en: 

"La Hazaña"

Después de todo es fácil recordar
basta con arrimarse al horizonte
basta con bostezar en plena euforia
alcanza con entrar en la agonía

Es fácil recordar
se abren las manos
y se cierran
y en el puño vacío
está el juguete
están la cruz o el seno
que se desentendieron del presente
que quedaron atrás
que todavía

Es fácil
basta con decir un nombre
basta con desandar cierta tristeza
alcanza con quebrar el odio ajeno

La gran proeza
la mejor hazaña
de la memoria
es olvidarlo todo.


Pero la verdad sea dicha, pocos sufrimos el martirio de no olvidar... 
tantas cosas quisiera poder olvidar... 
el primer golpe recibido... 
la primera vez que me dijeron no, mirándome a los ojos... 
la primera vez que me di cuenta de que en los ojos de doña Aura no había amor... 
tantas palabras que (así como dice Bunbury) duras como piedras he tenido que oír, escuchar, sentir...

Una de mis amigas (gracias tía Pato) me llego a bautizar como "el rey del dato inútil", y esa memoria me ha llegado a definir… como cuando mis ex estudiantes decían, “pregúntele al profe Gabriel… si ese men no sabe…”.

Pero las personas que me conocen no llegan a imaginar, lo placido que sería poder contestar "NO SE", o "NO RECUERDO"... y que me creyeran...

Poder dejar que se disuelvan en la bruma del olvido traiciones, que han sido tantas… ingratitudes… falsedades… no quiero olvidar mis tristezas ni lo que he vivido… pero sería hermoso olvidar lo que sentí cuando por culpa de mi orgullo no hice lo que debía…

Sin embargo, la persona que mejor ha comprendido que mi memoria es mi bendición y mi maldición fue una mujer que en su momento adore con locura y que en uno de sus accesos de crueldad me dijo mientras se miraba desnuda al espejo “Pobre de ti Gabo… con una memoria como la tuya… ¿Cómo carajos olvidaras jamás a una mujer como yo”…

Y tenía razón… no olvido nada y a nadie…



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