Este año fui balanza,
buscando equilibrio entre lo que doy y lo que recibo,
entre el amor que comparto y el que me debo a mí mismo.
Entendí que no siempre debo,
Este año fui búsqueda,
Este año fui balanza,
buscando equilibrio entre lo que doy y lo que recibo,
entre el amor que comparto y el que me debo a mí mismo.
Y es que en el bar de tus caderas, me servias pecados dobles.
tequilas sin hielo, sin sal ni limon, y cuando no, servias varios rones.
Tu cuerpo era un concierto de rock para llenar mi alma
con el ruido de guitarras rotas que colmaban nuestra cama.
Inhalaba el humo de nuestros cigarros y de tu risa
mezcla de incendio, fuerza y paz sin prisa.
y entre los escombros de los besos que te robaba
descubria la vida, que no sabia que me faltaba.
Te desnudabas como conjugando el verbo huir
como quien sabia de antemano que todo iba a morir.
Y que el placer era un contrato con clausulas de locura
como quien sabia que el amor es una fabula que no dura.
Eso si, ¡ay! ame la firma de tus uñas en mi espalda
cuando accedias a sucumbir ante mi pasion desesperada.
Y me quede con el aroma de tu despedida
con tu perfume grabado para toda la vida.
Ese perfume que me hacia creer que podrias estar enamorada
de que el pecado vale más... mucho más, que la culpa callada
Hoy, el eco de tu ausencia resuena en los rincones de mi mente desgastada...
Tu rostro se desvanece como niebla matutina, y los fines de semana, antes cálidos con tu presencia, ahora son páramos de soledad. ..
Los momentos que creí eternos se escurren entre mis dedos como arena fina, y los nombres de quienes llamé amigos se pierden en el laberinto de mi memoria...
El aguacero que era la presencia de tu vida, antes torrencial y vibrante, ahora es apenas un murmullo lejano.
La lluvia, que era para mi la melodía de nuestro amor, cae sorda sobre mi alma marchita...
Las noches se han vuelto bestias oscuras que devoran mi paz, y solo los gatos y perros que me saludan en la calle, guardianes silenciosos de recuerdos olvidados, anclan mi existencia a este mundo que me resulta ajeno y hostil...
Tus palabras resuenan como profecía cumplida: tu memoria que se escapa, la mia que sigue como siempre absoluta y dolorosa...
Hoy, en medio del caos ordenado de mi hogar, busqué mi corazón y solo hay recuerdos, tímidos y mudos, agazapados en las sombras de lo que fuimos...
Ya no estás, y estos vestigios del pasado son mudos testigos de nuestra historia...
No hablan, no abrazan, no preguntan por mi tristeza ni celebran mis escasas alegrías.
Los aguaceros me aterran ahora, días sin el refugio de tu sombrilla, noches sin el consuelo de tu luz que era mi faro y mi sol...
Te extraño aunque se que no debo...
Un día, la conciencia alzó la voz y los engaños se desmoronaron. La creencia en la magia y la posibilidad se desvaneció al caer sobre un suelo de mármol y romperse en pedazos. La puerta de la verdad se abrió.
Los juegos que inventábamos para estar con aquel que era nuestro todo también se vinieron abajo. Un día, alguien hizo trampa y nos convenció de que no ganaba el mejor, sino el más astuto. Para ellos, el triunfo era lo único que importaba, sin considerar los sentimientos.
La idea de que el mejor siempre gana resultó ser una mentira. Yo quería seguir creyendo que ser el mejor no implicaba ser hermoso o fuerte, sino honesto, leal e inteligente, pero eso no fue así.
Los amores también se desmoronaron. En lugar de sentimientos, se convirtieron en carne, materia e interés. Ya no se decía “te quiero porque te quiero”, sino “te quiero porque me das”. Los arcoíris desaparecieron, dejando solo grises, y peor aún, negros y blancos.